El fetichismo no solo es un negocio, también es una experiencia sexual más.
Pese a que la venta de ropa interior parezca un negocio sexual lo cierto es que va mucho más allá del simple comercio. Como me comentó Elsa, y corroboraron las chicas con las que hablé, el intercambio es una manera más de experimentar sexualmente. Y es que no solo existe una transacción (que no se produce en la página, son las chicas las que establecen los métodos de pago), también se establece una relación entre el comprador y la vendedora: él cuenta sus fantasías, qué es lo que va a hacer con las prendas, cómo le gustaría que fuesen; ella siente el morbo y la excitación de cumplir las expectativas ajenas. «Es un juego más», me comentaba Elsa.
El fetichismo suele llevarse escondido, también la faceta de vendedora de ropa íntima usada. Los perfiles aparecen con el rostro cubierto y las chicas suelen ocultar lo que hacen a los demás. Por lo general pocas personas de su entorno saben a lo que se dedican, al menos en la intimidad. Y la venta de prendas íntimas suele complementar los ingresos de un trabajo más o menos corriente.
El fetichismo permite explorar otras facetas del deseo sexual. No solo eso: como decía Swingershy, «es una manera de hacerme sentir sensual más que de explorar, me da morbo satisfacer las fantasías de muchos chicos, que me cuenten sus fantasías y que me digan lo que hacen con las cosas que les envío«.
Más allá de las bragas usadas: zapatillas de deporte, calcetines…
Qukkos.com trajo a latinoamérica una manera cómoda, segura y centralizada de que el fetichismo tuviese su lugar y que este fuera accesible. Existen muchos foros y sitios de intercambio, pero pocos son que garantizan los perfiles, ofrecen herramientas de verificación y poseen un chat interno para que las partes se comuniquen. Estas son las claves de la página, dado que lo que se adquiere está sujeto a la credibilidad de quien lo ofrece, comprar las bragas usadas de una chica verificada son la garantía de que la prenda perteneció realmente a esa chica.
Todas las transacciones tienen lugar fuera de la página y siempre por los medios que la vendedora estima oportunos. PayPal, listas de deseos de Amazon, ingreso bancario… Qukkos.com no se queda porcentaje alguno de dichas transacciones, pero posee una forma de monetización que le garantiza su supervivencia como empresa: ofrecen un servicio Premium con más ventajas para las vendedoras que lo contratan. De esta manera tienen más garantías de vender sus artículos, todo por un precio que ronda los 20 dólares al mes.
Si bien la base de la página es la compraventa de bragas usadas, este no es el único artículo que las vendedoras distribuyen. También disponen de fotografías eróticas, vídeos, calcetines, zapatillas… y hasta juguetes sexuales. El morbo del fetichismo no tiene límites: mientras alguien esté dispuesto a comprarlo siempre habrá otra persona que desee venderlo. No solo no hace daño a nadie, también supone un extra de morbo y de sexualidad para las personas implicadas.